“A LA TARDE”
Recuerdo a mi papá lavándose las manos cuando llegaba de trabajar.
Daba vuelta sus manos debajo de la canilla, desparramando la espuma una y otra vez. Meticulosamente. Se aseguraba de la eficacia de los movimientos.
Una mano envolvía a la otra suavemente, con armonía.
Esto se repetía todos los días, siempre era igual, pero mis ojos se fijaban allí como si fuera la primera vez.
Cuando terminaba, recién en ese momento, me daba un beso.
Contacto
bibinaveyra@gmail.com